La Torre Eiffel, hasta las lágrimas

Tourism Experience visitó Europa. Más especificamente recorrió España, Inglaterra y Francia.

En nuestro paso por territorio francés, visitamos la bella Paris, con todo lo que la misma tiene para brindar. La ciudad del amor, de las diagonales, curiosidades, películas… en fin, la ciudad de la vida y los turistas.

Hoy no queremos dejar de mencionar lo que fue para nosotros una experiencia única, la visita a la torre Eiffel.

Subimos con Sofi de la estación «Trocadero«, caminamos unos pocos metros y nos topamos con 324 mts de hierro en forma de torre, ubicada en el extremo del campo de Marte, a la orilla del Sena.

Una, dos, o tal vez muchas más lágrimas se nos cayeron al ver lo imponente de la misma. El símbolo de Francia, tal vez el mayor símbolo a nivel mundial, lo teníamos por fin ahí, a unos metros de distancia.

Tomamos algunas fotografías, aunque las más importantes las hicimos con la retina y nos dirigimos rápidamente a la torre para poder subirla. Hacemos mención que previamente habíamos comprado los boletos para subir, en el cual te otorgan un horario para hacerlo (Está bueno respetarlo ya que de esa manera subís sin hacer cola ni esperar).

Luego de ser revisados (La seguridad está extremada en gran manera), tomamos un ascensor que nos llevó a la primer planta de la Torre donde se pueden hacer fotografías y ver a París desde el cielo.

Luego, se puede volver a tomar el ascensor para seguir subiendo y así llegar a la parte más alta donde se puede observar TODO Paris. Desde el Barrio Latino, hasta el Montmartre, incluyendo el gran recorrido del Sena por toda la ciudad.

Nosotros nos quedamos como una hora y media dando vueltas por la misma, era tal la excitación de estar subidos a un icono del Turismo Mundial que no queríamos que terminara. Fotos, risas, comentarios, turistas y mucho más es lo que la Torre tiene para ofrecer (además de un restaurante en su cima que es algo caro, pero muy recomendable si se quiere tener una experiencia «completa»).

Luego de admirar, respirar profundo y guardar en la mente todos esos momentos, comenzamos el descenso con más lágrimas en los ojos porque ahora si nos despedíamos de una construcción que era más que eso, era un sueño de toda la vida.

Gracias por ésta experiencia querida Torre Eiffel, nos veremos en una nueva visita por la capital del Turismo Mundial.

• Francisco Pintado
• Tourism Experience

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