¡Buen viernes amigos Tourismeros! ¿cómo están todos?
Ya es viernes, último día de la semana, ¡antes de llegar al tan esperado SÁBADO!
Para amenizar este día y hacértelo un poco más ameno y divertido, te traemos un muy bonito atractivo en la capital japonesa que seguro te generará ternura y simpatía: hoy Tourism te trae la Estatua del perro Hachiko.

Quizá ya conozcan la historia de este maravilloso perro, ya que fue adaptada y llevada a Hollywood hace no mucho tiempo. La película de la que les hablo es Siempre a tu lado Hachiko (2009), dirigida por Lasse Hallström y protagonizada, entre otros, por el reconocido actor Richard Gere, la cual es una re-make del film Hachiko Monogatari, de 1987.

La historia real dice que el perro Hachiko, nacido en 1923, era un can de raza akita, que fue reconocido por su inquebrantable lealtad a su, más que amo, amigo de toda la vida, el profesor Eisaburo Ueno.
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THR – Tour Histórico Regional
Desde recién nacido fue regalado al profesor Ueno, quien daba clases en la Universidad de Tokio, ya que un tiempo antes había fallecido su perrita, a quien adoraba. El profesor se encariñó mucho con Hachiko, quien lo acompañaba todos los días a la estación de tren de Shibuya, donde él tomaba su tren para ir a dar clases a la universidad. Luego, Hachiko regresaba a su casa, y para la hora exacta en que el profesor volvía a su hogar, el perro salía para recibirlo en la estación, en el mismo lugar donde se separaban por la mañana.
Durante aproximadamente un año, esta rutina que todos miraban con asombro y simpatía, se repitió día tras día. Hasta que un día de 1925, «Hachi» fue a despedir a Ueno a la estación, sin saber que sería la última vez que lo vería. Ese día, el profesor sufrió un ataque al corazón que le causó su muerte. Hachiko fue a esperarlo a la estación por la tarde, pero Ueno nunca regresó.

Hachi se instaló definitivamente en la estación de Shibuya, y durante 10 años permaneció allí, esperando infructuosamente el regreso del profesor. Esta imagen conmovió a todos los que veían la rutina entre Ueno y el perro, por lo que a diario le ofrecían comida y bebida al can, que soportaba días extremadamente fríos en la intemperie, sólo para esperar al profesor.
En 1934, con Hachiko aún vivo, se erigió una escultura de bronce en su honor. Un año después, Hachi murió.
En 1945, la estatua fue fundida durante la Segunda Guerra Mundial para la fabricación de armas; sin embargo, en 1947, se levantó la estatua actual.
Esperamos que hayan disfrutado de esta hermosa historia de amor y fidelidad tanto como nosotros amigos. Además, les recomendamos a quienes anden por Japón, y más precisamente en Tokio, que vayan a ver esta escultura en honor al perro más fiel de todos.
¡Buen fin de semana amigos!
- Agustín González Iglesias
- Tourism Experience
Que bella historia me conmovio mucho el perrito hachico me hizo llorar… Gracias por compartir esas historias reales q conmueven el corazon.
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Muchisimas gracias Luz por tu comentario!
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