
Las minas del Cerro Rico de Potosí, en Bolivia, son un choque a la realidad. Los mineros que pasan días enteros a oscuras y agachados, por un lado, afirman lo mucho que puede costar ganarse el pan de cada día y, por el otro, recuerdan a los miles de indígenas que dejaron sus vidas injustamente en esos pasillos desolados. Las palabras de Galeano no dejaban de sonar en mi cabeza: «Con toda la plata que sacaron del Cerro Rico, se podría haber construido un puente que atravesara el Atlántico para conectar con Europa.
GRACIAS SANTIAGO !!!
Tourism Experience.
– Francisco Pintado.
– Maxi Salas Pagliano.